domingo, 20 de julio de 2008

El soñarlo sólo basta

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Personajes: Un hombre, una mujer, una aeromoza, pasajeros.

Locaciones: El baño de un avión, el pasillo de un avión, las butacas de un avión.

Soundtrack: “Strangers In The Night” - Frank Sinatra (http://www.youtube.com/watch?v=2g3ztniz9aA)

Título: “El soñarlo sólo basta” Sacado de “La Vida es Sueño” de Calderón de la Barca, espolvoreado con el azúcar de Morfeo.

Un pasillo. Un portazo, y apenas un segundo para pasar el seguro antes de que los besos comiencen a jugar con desespero. Pequeños mordiscos traviesos interrumpen a ratos el abrazo de las lenguas que no cesan de buscarse, de tocarse, de tenerse en exquisito juego a ojos cerrados, transformando las sensaciones en imágenes y sabores. El aliento tibio de palabras casi inaudibles, la honda respiración, que a ratos se confunde con suspiros, y los chasquidos de la humedad, musicalizan la escena.

En el baño, no hay distancia entre los cuerpos. Él la sujeta con fuerza por la espalda como si no quisiera dejarla escapar, mientras ella hunde sus manos en su cabello, las baja por su espalda y le aprieta hacia su cuerpo, pero de manera distinta, como sujetándose antes de una inminente caída, solo que en este caso, ella quiere caer. Lo besos, cada vez mas hondos, poco a poco les van sacando de control. Él baja sus manos y pasa de largo la falda.

Sobre el lavamanos. Ella jadea, con las manos de él aun sujetando con fuerza sus muslos, luego de haberla sentado en la estructura metálica. Sin que la molestia del frío grifo en su espalda pueda obstaculizarle en manera alguna. Los besos continúan en ambas vías de una gran autopista en la que los dos aceleran constantemente. Las manos de él, con tierna firmeza, se pasean por sus desnudas piernas, y de regreso hacia arriba, toman un camino distinto, electrificando los costados y el abdomen, para finalmente empezar a jugar con sus senos. Ella sigue sujetándose a su piel en la espalda, a ratos también del cabello, sobre todo desde que su boca se viera huérfana, y su cuello atendido. La música quiere subir, pero se abstienen.

Deslizando su mano hacia abajo consigue apurar los besos del hombre, que ya entretiene la boca en su pecho. Un poco más de música en un suspiro ahogado que él deja escapar y que hace que sus movimientos se hagan notablemente más severos. Un par de manos trémulas que levantan la falda. Otras que con diestro desespero luchan con hebilla, botón y cremallera. Ella deja desabotonada su propia camisa por la mitad, revelando el cuarto creciente de su feminidad. Él, con el pantalón a punto de caer, aunque brevemente sostenido por su erección, baja, abre de par en par sus muslos, hace a un lado el pequeño encaje, y da a su boca un suave baño en la fuente de afrodita. Fragancia a mujer. Ella ya no se agarra para no caer, esta vez se agarra fuerte para no volver. Ojos hacia arriba.

Sin moverse del lavamanos. Él se desespera con su cada vez mas mojada barbilla, se ayuda un poco con los dedos. Ella, sintiendo que el mundo se le viene encima, sujeta las paredes. Él sigue usando su lengua, y con todo acierto. La música quiere sonar alto, impetuosa, lo evitan. Ella le tomo el cuello y la trae a su boca de nuevo. Los pantalones caen. Ahora ella sostiene el encaje de lado. Él la trae un poco más al borde del lavamanos. Ella lo abraza con los muslos, lo acerca, y capa a capa, se deja penetrar. El mira su espalda en el espejo. Los besos tienen pausas más largas, y son más torpes. Las caras se deforman en dulces gestos.

Van subiendo el ritmo de su danza. Se besan corto y desesperado. La mezcla de sus olores llena la pequeña habitación. El espejo se empaña. Las miradas se nublan. Se escapan algunas palabras sin sentido, algunos jadeos también. El mundo empieza a disolverse. Corazón galopante. Ojos blanqueados. Deditos abiertos. Máxima presión. Una corriente que los laza. Ahogados puñetazos en la pared. Pequeños espasmos. Leve temblor. Lento aterrizaje.

Breve pausa. Ok, salgo primero. De acuerdo, así me da tiempo de arreglarme. Y subiéndose los pantalones le besó una vez más en la boca, con uno de esos besos en que solo están los labios, y que se extienden unos segundos con profunda nostalgia. La mano sobre el empañado espejo, y una veloz acicalada. La miró antes de cerrar la puerta y sonrió... le sonrió

Ya de vuelta en el pasillo, se detuvo unos segundos como si la adrenalina empezara a diluirse en su torrente sanguíneo. Se iba a devolver cuando una aeromoza le interceptó. Señor, estamos prontos a aterrizar, podría volver a su asiento por favor. Si, como no, ¿imposible un trago verdad? Imposible señor. De nuevo sentado en su butaca, abrochó su cinturón y abrió una revista. Sin voltear, reconoció esa fragancia en el pasillo. Sus ojos se quedaron pegados a la revista, su mente no.

7 comentarios:

Genesis dijo...

... Qué desastre ...

Jenny Marques Rodrigues dijo...

este genero te queda de maravilla...
no es un escrito cualquiera, es un termino medio entre lo sensual y lo sexual y eso lo hace increiblemente hermoso, leible y es un abreboca para querer leerte mas... animate...
mil besos...

Andreina Navarro dijo...

Excelente historia!!!

Sensual y sexual a la vez... pero sin caer en lo vulgar!
Un encuentro descrito con mucha sutileza!!

Genial!!!!soy tu Fan! He dicho.

(K)

Anónimo dijo...

Hola!
Excelente!
Solo el parrafo del coito me deja un poco desconcertada...
Saludos
Jennifer

Todo es Violeta, por Maily Sequera dijo...

muy bueno este, oscar
te sigo leyendo
y me pregunto: ¿por qué no te he linkeado en mi blog?
se hace tarde. voy a eso.
saludos!

sol salas dijo...

deja volar la imaginacion a la vez que es tan exquisitamente descriptivo permitiendo que el lector realmente se meta en el texto, definitivamente me enganche como solo lo he hecho con dostoyevski. besitos

yeisi dijo...

yo adoro tu blog

enserio

es muy lindo, wholesome y tierno!!